El calendario de adviento es de Beren, él abre la ventanita por las mañanas y se come la chocolatina :D
Luego lo aporrea un rato, le da un par de pisotones y unos cuantos bocados en una esquina mientras ponemos Edu y yo las cosas en la mesa para desayunar. Luego se lo quito entre protestas y lo pongo en un lugar alto. Decir un lugar seguro sería mucho presumir.
Vienen por fin los días fríos y las esferitas de navidad, la decoración navideña en las casas y los agobios en la calle con las compras de última hora (si, para mí diciembre ya es última hora). Hoy mi casa huele a infusión de canela con piel de naranja, el radiador está encendido y la manta eléctrica está lista para enchufarla esta noche. Me gusta diciembre.
El pequeñajo está en la guarde y cuando llegue encontrará un arbolito de fieltro a medio hacer y un montón de trozos para amontonar, masticar, revolver y tirar por toda la casa. No me dejará terminarlo hoy, pero eso solo hará poner la decoración de casa, una tarea mucho más divertida.
