Thursday, June 09, 2005

Arrepentimiento

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Ella andaba de prisa y con la mirada perdida, pero con la cabeza en alto, sin mirar por donde pisaba. No podía darse el lujo de miraar abajo y clavar la vista al suelo. No lo hacía por miedo.

Debía de dar la impresión de seguridad en sí misma, de despreocupación, de eficiencia, todo junto, pero sobre todo de serenidad.

A quién? Para qué? Ella no lo tenía claro y esas eran preguntas secundarias, sin importancia. Era por y hacia ella misma que mentía en cada paso que andaba. A veces se daba cuenta pero también eso trataba de negárselo a si misma.

Como sucede a todo el que camina sin mirar, terminó pisando mierda en mas de una ocasión, pero tampoco eso le inmutó; ni siquiera se sacudió la tierra de las rodillas en las dos ocasiones que tropezó y calló. Seguía andando, mirando de frente, siempre de frente y ni las voces más dulces la conmovieron, ni los llamados más desesperados la hicieron variar su rumbo.

Por fin llegó al sitio hacia el que caminaba, entró y una puerta con un gran ventanal se cerró tras ella. Entonces se dió cuenta de que había perdido el interés por su meta cuando al mirar a través de la ventana vio el camino que habia dejado atrás y en el que ni siquiera habia reparado, todo lo que en su necedad había pasado por alto y la máscara cayó, y con ella dos lágrimas.

Por aquellas piedras con las que ya no tropezaría, por aquella gente que no pasaría mas a su lado, los enemigos que no la podrían traicionar nunca más y esa ayuda que ya no era capaz de prestar.

2 comments:

Aina said...

Me siento así muy a menudo. A veces debes ser de piedra, construir un muro tan alto que ningun asedio pueda con él,... Demasiadas veces es la única forma de seguir, de no volver a caer...

Fran Ontanaya said...

Auténtico como la vida. También ocurre que, clavando la vista en el suelo para no pisar mierda, se dejan de ver demasiadas cosas.

Me ha gustado leerlo.

Un abrazo.