Tuesday, September 06, 2005

Destrucción

Primero fue el agua.

Grandes olas azotaban las costas de la isla; desde los 4 puntos cardinales y sin obedecer a leyes físicas, el agua se elevaba metros y metros sobre la ciudad. Tormenta e inhundaciones, muerte por todos sitios. Los barcos, incluso los grandes, eran arrastrados tierra adentro.
Con el agua vino el aire, aunque no era la única fuerza que levantaba aquellas olas. Vientos huracanados arrastraban todo a su paso, dejando atrás solo desolación. Rostros de niños pequeños asustados, que eran arrebatados de los brazos de sus padres, que no cabían ya dentro de ningún refugio. Todos estaban llenos a reventar.

Los que estaban cerca del mar no sirvieron de mucho, se convirtieron en piscinas llenas de cadáveres, muertos a millares.

El viento arreció al anochecer, llevándose algunas nubes junto con coches y techos, dejando ventanas rotas y cadáveres arracimados entre los despojos de la ciudad.

Yo estaba en uno de los refugios alejados del mar. Cuando la tormenta pasó, fui de las primeras personas en salir; porque en realidad nadie tenía muchas ganas de dejar la relativa seguridad de los recintos. Supongo que eso fue lo que me salvó.

Amanecía a un día triste y frío, extrañamente teñido de rojo y opaco, no solo por la falta de luz sino por oscuros pensamientos. Cuando el sol por fin asomo, era un puntito descolorido y lejano que no alcanzaba a calentar mi piel ni calmar mis temblores, tampoco era suficiente para iluminar mi corazón.

Caminé por lo que habían sido calles paseando por lo que había sido una ciudad. Ahora era libre, la banda que me había tenido retenida y que había sido mi única familia había desaparecido, me encontraba completamente sola. Pero no me alegraba. No me alegraba porque el precio había sido alto. Muerte, locura, desolación y dolor. Y soledad.

Seguía siendo menuda y aún tenía el aspecto de niña a pesar de tener entonces ya 15 años y haber llevado una vida dura. Estaba distraída con mis pensamientos cuando empezó lo peor. El final estaba cerca.

La tierra comenzó a moverse, oscilando reularmente al principio pero trepidando salvajemente pocos segundos después. Quise volver al refugio pero cuando estaba a unas decenas de metros, ví como se hundía la tierra tragándose una manzana entera frente a mis ojos. Yo estaba asustada, apenas podía respirar, las piernas me temblaban, toda yo temblaba, hacía horas que lloraba y ahora me daba cuenta de que además estaba gritando. Me obligué a callar. Ví rostros y cuerpos y escuché sus gritos y llantos. Sentí pena por ellos y dolor por su sufrimiento. Desearía haer estado dentro.

Los edificios se cuarteaban, caían estrepitosamente y esta vez ni toda mi habilidad y suertepodrían salvarme. Resignada a morir me acurruqué en un hueco entre los escobros de un edificio derruído, reguerillos de sangre asomaban aqui y alla, algún estertor y algun susurro pidiendo ayuda era lo unico que interrumpía el total silencio.

La tierra rugió de pronto callando cualquier otro sonido y alcancé a ver desde el horizonte una ola que se aproximaba, debía ser enorme. Una ola que llegaría al mismo centro de la ciudad!
No recuerdo nada más. Es la última instantánea que guardo de mi primer hogar.

Tendría que haber muerto, no?
Pero aqui estoy... aquí estoy.

Su voz ronca terminó por extinguirse. Un ronroneo suave salía de su garganta. O era un rugido?
Nuestros carceleros dejaban de vez en cuando comida junto a la puerta. Nunca los veíamos, al menos yo no; pero tenían el detalle de dejar una vela o una lamparilla, de modo que al menos no vivíamos en la completa oscuridad. No todo el tiempo. Tal vez esto fuera parte de la tortura... En todo caso, a veces la oscuridad es preferible.

Ahora veía a Adhora agazapada junto a la pared, las uñas rotas arañando el sucio suelo, el rostro... el rostro deformado de dolor y el brillo de las lágrimas corriendo por sus mejillas.

1 comment:

Stiletto said...

Hola,

Siento no haber participado mucho en tu blog pero es que llevo unas semansa muy liada. Pero quería darte las gracias por enlazar todos mis blogs y Happy Pocket.

Besos