Saturday, August 20, 2005

Maikir (parte 3)

No fue fácil salir de ahí, pero 6 meses después de la noticia de la muerte de Sheidra, Aaliyah y Maikir salían por la puerta del castillo con la Bendición del Sumo Iniciado para emprender la supuesta búsqueda de unos manuscritos que, presumiblemente, estaban escondidos en una cueva en la provincia de Wishet. Esto por supuesto era un pretexto, hacía meses que le tenían sin cuidado los antiguos escritos que no le decían nada nuevo ni le explicaban por que había desaparecido su amiga. El golpe fue demasiado fuerte, sin embargo su entereza y fuerza de carácter junto con el apoyo de Aaliyah habían conseguido que Maikir no perdiera la sonrisa y el trato afable que lo caracterizaban.
Aunque su meta era encontrar a Kirana, tomaron un camino mucho mas largo para ir prestando atención a todos los rumores a su paso por si podían enterarse de algo de las condiciones de la desaparición de la comitiva, pero no averiguaron nada, un velo parecía haber caído sobre el asunto. Pero ya habría tiempo para eso mas tarde. Sheidra estaba muerta y apresurarse no la iba a traer de vuelta.
Viajaron todo el camino con las insignias y capas escondidas pues no querían ser reconocidos como miembros del círculo. Al final llegaron al pueblo donde Maikir nació y por fin dieron con la casa de sus padres, pero en el último momento no se atrevió a enfrentarse a ellos así que fue Aaliyah quién con una historia sobre haber conocido a Kirana en unas fiestas del pueblo tiempo atrás deseaba renovar su amistad. La mujer le cerró la puerta casi en la cara y averiguando en el pueblo se enteraron de que la chica había sido enviada a la hermandad de Aeoris 3 años atrás. Sorprendidos y desilusionados abandonaron el pueblo y se dirigieron a la residencia, sabiendo que no podrían entrar ni hablar con ella a menos que dijeran quienes eran y de donde venían. Pero al llegar se encontraron con que se realizaban unos festejos de la hermandad y por tanto las hermanas tendrían permitido salir a la ciudad más cercana donde pasarían el fin de semana.
Por fin y después de mucho buscar y preguntar dieron con ella. Cuando Maikir la vio sentada sola en una banca mirando unos pajarillos que peleaban por unas migas de pan el corazón se le salía del pecho. Era tan parecida a él… sus mismos ojos grises, profundos y de largas pestañas oscuras; los labios carnosos y pequeños, torcidos en una mueca –que en Maikir parecía una sonrisa y en ella lucían desdeñosos- y el negro cabello liso y brillante. Aaliyah daba saltitos nerviosos alrededor instándolo a que se acercara a Kirana y le dijera quién era, al fin y al cabo para ese momento habían hecho un viaje tan largo.
Cuando Maikir se acercó, Kirana alzó la vista y no necesitó ni una sola palabra para reconocerlo y lanzarse llorando a sus brazos. Más tarde los tres más tranquilos, se sentaban en la sala de una posada con 3 copas de un vino bastante aceptable y fue así como Kirana contó su historia y entró nuevamente en la vida de su hermano.
Kirana tenía la habilidad de leer en la mente. Por años había conseguido mantener su poder en secreto, por temor a la reacción de su madre, pues nunca había olvidado las circunstancias de la partida de su hermano; pero poco a poco sus padres lo advirtieron y el miedo los llevo a actuar de la misma manera que en el pasado enviándola a la residencia de las Hermanas de Aeoris, más que para instruirse, para deshacerse de ella y no se pusieron en contacto nunca más. Su carácter era muy distinto del de su hermano, el odio y el resentimiento de su corazón habían dejado su marca y tenía un carácter taciturno. Eso y su capacidad de leer en las mentes. Podía escuchar como si se lo dijeran al oído los pensamientos de las hermanas cercanas a ella, infantiles y superficiales, que la despreciaban en secreto y a veces no tan en secreto. Se había convertido a sus 16 años en una joven hermosa pero triste y solitaria.
Pasaron los tres juntos unos días y después Kirna tuvo que volver a la residencia y Maikir y Aaliyah volvieron a la Península de la Estrella. Pero su vida dentro había cambiado. Ya había recuperado del todo su buen humor y a partir de entonces inició un ininterrumpido intercambio de correspondencia con su hermana, siempre tratándola de sacar del pozo de odio en el que vivía escondida, pero sin conseguirlo. Renovó sus estudios con ahínco y junto con su novia se dedicó a investigar los sucesos relacionados con la tragedia del Warp que se llevo a Sheidra .

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