Sunday, August 21, 2005

Maikir (parte 5)

Pasaron mese ahí metidos, alimentándose de lo que la montaña les ofrecía y mientras tanto se fueron instruyendo y empapando de ese nuevo modo de ver la realidad, Maikir ayudado de su hermana que ya tenía conocimientos acumulados al respecto, hasta que Kirana dio con algo. Una manera de invocar al Caos, pero precisaban de algo que no poseían, un extraño material cuya descripción recordó a Maikir a la flor que le había regalado Aaliyah tantos años atrás y que siempre llevaba consigo. Ya sin meditarlo un segundo decidió que apelaría a las fuerzas del Caos y tal vez ellas querrían hacer algo.
En cuanto comenzaron a recitar las primeras palabras concentrando su energía en la piedra-flor la atmósfera comenzó a cambiar, no era un cambio físico pero se podía sentir la opresión alrededor como si el aire fuera más denso; la oscuridad se concentró en un punto que comenzó a retorcerse y formar figuras; repentinamente un destello de colores los cegó por unos instantes y dejó plasmada en sus retinas una estrella de 7 puntas. No podían ver nada pero escuchaban una risa histérica y burlona y después una voz profunda como un trueno dentro de sus cabezas.
-No tienen idea de a lo que están jugando
-No jugamos, sabemos lo que hacemos. El orden es ciego a nuestras desgracias y sordo a nuestras súplicas y los ritos establecidos no son capaces de darnos lo que necesitamos. Tu has atendido a nuestra llamada –dijo Maikir más firme de lo que en realidad se sentía
-Yo no atiendo a nadie. Vine a advertiros. No es el momento de volver, aun no recuperamos toda nuestra fuerza.
-Pero necesitamos tu ayuda. – Dijo Kirana que tenía los ojos tan abiertos que parecía que se le saldrían de sus orbitas y tenía en la cara una expresión que Maikir nunca había visto en ella
El señor del Caos volvió a reír aterradoramente –Mi ayuda? Y quien os dijo que los Dioses del caos estamos para ayudar a débiles y estúpidos mortales?
La conversación con el Dios siguió por algunos minutos en los que Maikir expuso sus odios e inquietudes, pero el ser estaba por encima de todos esos sentimientos humanos. Aún así y como una afrenta al orden decidió hacer algo, pero primero hizo que Kirana durmiera.
-No puedo devolver la vida Maikir, pero te voy a permitir que veas a Aaliyah en sus últimos momentos.
Todo se oscureció y en el centro de su visión comenzó a aparecer una imagen. Era su amada y estaba precisamente en esa cueva y acababa de descubrir los mismos manuscritos que el y su hermana llevaban meses estudiando, pero en lugar de leerlos los reunió con la intención de salir de ahí con ellos, entonces vislumbró por un momento una silueta vestida de blanco, con albos cabellos y unos ojos deslumbrantes que irradiaban luz; entonces una de las paredes comenzó a desmoronarse y las piedras desprendidas giraron con tal fuerza l rededor de Aaliyah que los pergaminos se le escaparon de las manos; por un momento a Maikir le pareció que ella lo veía a los ojos y levantaba la mano en señal de despedida, luego las piedras la golpearon hasta hacerla perder el sentido y después la sepultaron bajo esas mismas piedras en las que ahora el estaba parado.
La figura del ser del caos apareció frente a el nuevamente.
-Acabas de ver a tu benévolo Dios, el miedo a que el conocimiento saliera de aquí lo llevó a arrebatártela –dijo y tras estas palabras comenzó a desvanecerse entre el remolino de colores.
-Espera! Como debo llamarte?
-Soy Tarod, el Señor del Tiempo, pero no me llames más. Ahora me voy, te dije que no es mi tiempo, no hay nada que pueda o quiera hacer por ti.
La luz del amanecer penetró entre las hierbas que tapaban la entrada al refugio y Kirana despertó de su letargo con un quejido y en seguida buscó a Maikir con la mirada. Lo encontró acurrucado en un rincón y lo despertó.
Kirana, la ví! Vi a Aaliyah. El Señor del Tiempo me la ha mostrado. Fue Aeoris en persona quien la asesinó –dijo con odio en sus ojos y en su voz-.
Su hermana no dudo de sus palabras, ella llevaba años alimentando el odio por lo que el orden representaba. Los dos permanecieron en la montaña bajando solo de vez en cuando al pueblo por provisiones, se dedicaban, como aquellos otros chicos a estudiar, hacer anotaciones y seguir aprendiendo del Caos. Pero cuando la gente del pueblo comenzó a recelar y ellos habían bajado la guardia, se dirigieron en grupo –uno bastante grande- con piedras y antorchas al refugio. No tuvieron tiempo de defenderse, ni siquiera de darse cuenta de lo que sucedía, pero antes de expirar el ultimo aliento, lo ultimo que vieron sus ojos mortales fue la estrella de 7 puntas. El Caos les daba la bienvenida.
Nunca llegaron a averiguar que fue precisamente el caos en su lucha contra el orden desde el retiro, quien desató el Warp que se llevó a los servidores de Aeoris junto con Sheidra años atrás.
Pero no quedó ahí todo; Tarod había tenido contacto con un humano, había percibido la profundidad de sus sentimientos y una vaga idea se instaló en su caótica mente. Apenas una idea, nada concreto, pero le daría vueltas y vueltas y lo discutiría con sus hermanos en incontables ocasiones. A pesar de sus advertencias la semilla había sido plantada y no tardaría en brotar. La hora del Caos estaba próxima.

3 comments:

Dark Lancelot said...

Como siempre sin palabras....

bueno te dejo un beso grande cuidese..

Anonymous said...

Pensé que habías perdido el archivo...
Que bueno que lo encontraste, porque yo todavía no, jeje ;)

Karina Llergo said...

aun me falta uno pro me doy por vencida. No aparece.
Hoy trataré de actualizar
Por que la gente regresa de las vacaciones con tanta prisa?
Ya tengo una pila de trabajo pendiente mas alta que la de libros :S